Con el transcurso del tiempo, los seres humanos
hemos buscado las maneras y formas de poder estar conectados y comunicados con
los demás. Nos hemos visto enredados en la necesidad de transmitir nuestras ideologías,
gestos, palabras, imágenes, y con ello formar sociedades que antes se consideraban
simples utopías, mundos inaccesibles o sueños triviales.
Así pues, la comunicación nació de la necesitad
de relacionarnos. Ésta dio origen a los diversos medios de comunicación con los
que hoy en día contamos.
Sin embargo, existe un medio en particular que
logra una conexión estrechamente personal con la audiencia, la radio.
Considerada como el medio con mayor aceptación en
la población, la radio viene a ser un medio de comunicación sonoro que disfrutan
millones de personas en el mundo, a cada momento, todos los días.
Pero, ¿Cómo aparece la radio? ¿Cómo logra este descubrimiento
pasar a formar parte de cada hogar y lugar de trabajo? ¿Cómo se convertiría en
ese “algo especial” que acompaña a todos en cualquier parte, esa que logra
unirnos y conectarnos?
En la obra “Radialistas apasionados”, del
escritor José López Vigil, nos señala que:
“En
nochebuena de 1906, el canadiense Reginald
Fessenden realizó la primera transmisión de sonido: los radiotelegrafistas
de los barcos que navegaban frente a las costas de Nueva Inglaterra no captaron
esta vez impulsos largos, sino una voz emocionada leyendo el relato del
nacimiento de Jesús y acompañada por un disco de Haendel”. (p. 10)
Como bien nos lo dice Vigil, en 1906 se reporta
la primera transmisión de voz completamente articulada, directa y sin uso de
simbolizaciones, generando así, el origen de la radio propiamente dicha.
Sin embargo, cabe recalcar que 11 años antes,
en 1895, un joven Guglielmo
Marconi, crearía la telegrafía.
Así llega a aparecer la primera emisora con
servicio regular en Westinghouse, el 2 de noviembre de 1920. Posterior a ello,
la radio se iría mundializando, todo querían tenerla, todos querían vivir la
experiencia.
Desde sus complicados inicios hasta la
actualidad la radio ha sufrido muchos cambios, ya sea en su estructura como en
su emisión.
Como bien dice Vigil: “hoy se escucha más radio
que en los 50”. Y es cierto, por más que se crea que la radio va en decadencia
por la gran acogida de la televisión en la vida de las personas, la radio sigue
siendo la favorita de todos, sigue siendo la fiel compañera en nuestras noches
de desvelo o nuestras muy tempranas jornadas laborales; sigue siendo aquella
que logra sacarnos una sonrisa o hacernos reflexionar, aquella que logra hacer
lo que ningún otro medio puede, crear un vínculo de afinidad y confidencialidad
con el oyente.
La radio se ha convertido en parte fundamental
de nuestras vidas, todos la escucha ya sea a través de un celular, internet o clásicamente
en un dispositivo únicamente para ella; la radio se ha vuelto nuestra mejor
amiga.
Por lo cual, compete decir que la radio tiene
gran influencia en la toma de decisiones. Al igual que los demás medios de comunicación.
No obstante, la radio por su fácil acceso y descentralización, logra estar
presente en cualquier parte, lo que la vuelve el medio con mayores
posibilidades de influir en el pensamiento de la población.
Tomando en cuenta esto, debes saber que la
radio se ha convertido en un espacio donde todos pueden dar sus puntos de opinión
y comunicarse con la población.
Hay que considerar también, que se debe saber cómo
llegar al radioescucha, y es que no todos tenemos el don de la radiodifusión.
Comencemos analizando lo más importante,
nuestro instrumento principal que nos permitirá conectarnos con lo demás, el oído.
La audición, es la clave perfecta para el despliegue de nuestra imaginación y
es que, a través del oído se logra transmitir más que simples palabras, se
logra llevar al oyente a un mundo nuevo en donde todo es posible.
Pero para poder lograr conectarse con el
oyente, se debe poder captar su atención y lograr llegar a ellos. Lo primordial
es saber hablar por radio. El expresar todo clase de sentimientos, hace posible
la buena comunicación entre locutor y oyente. La transmisión de emociones logra
ubicar al receptor en el lugar preciso a donde se desea llegar y hacer que el
mensaje sea correctamente recepcionado.
Toma partida también, la personalidad, el
locutor puede contar con los recursos necesarios: buena voz, buenas
iniciativas, saber de técnicas e incluso los recursos económicos suficientes;
pero si no sabe llegar a la audiencia es un caso perdido. La personalidad
genera el ambiente de armonía y confraternidad que se busca entre locutor y
oyente. Locutor que no es agradable, es un locutor no escuchado. A fin de
cuentas, todo depende de la manera en la que logres hacerle notar a las
personas que tu mensaje es importante y necesario de ser escuchado.
Así bien, hay que considerar que ambos fusionados
despiertan el “ojo interior” de cada persona. Le permite crear escenarios
inigualables y únicos para cada persona. Esto se debe a que lo que escuche uno,
no necesariamente será captado de la misma manera que la persona de tu costado,
ya que, todos tenemos diferentes orígenes y culturas que logran que nuestra percepción
con respecto a alguna cosa sea excepcional.
Cabe recalcar que existen mil y una formas de
hacer que la comunicación en la radio se vuelva contraria a las expectativas deseadas,
a estos se les conoce como los enemigos de la radio.
Una palabra no adaptada al contexto
sociocultural de la población, una información mal investigada, un ruido o la utilización
de un término de forma incorrecta, puede generar que el mensaje no llegue de la
forma planeada y por ende, no logre comprenderse en su totalidad, dando paso a
la especulación y malos entendidos.
Es importante comprender que se debe hablar en
el mismo “idioma” que el resto, es decir, en los mismos términos. No se puede hablar
con un niño de la misma forma que con un adulto, igualmente no se puede hablar
con un doctor de la misma manera que con un ingeniero, por lo cual, es
importante lograr identificar nuestros radioescuchas y saber dirigirnos a
ellos.
Pero, ¿por qué es importante tomarnos tantas
molestias? Simple, si no nos entendemos no podemos comunicarnos, y todos
sabemos que comunicarnos y relacionarnos es una ley de la vida.
Me explico, debes comprender lo que nos dicen
para poder plantear nuestra opinión. La libertad de expresión es un derecho que
cada ciudadano tiene y la radio y todos los medios de comunicación deben velar
por que esta se cumpla de la mano con que vaya acorde con el desarrollo de la población
y el bien común de la misma.
La radio tiene una responsabilidad, hacer de
sus oyentes unas personas informadas y fieles a sus ideales y a su desarrollo. Lograr
ver nuestra realidad, comprender, aceptarla y decidir generar un cambio,
permitir e incentivar a la población a un cambio beneficioso para todos,
promover la inclusión y la aceptación de verdaderamente quienes somos.
Por lo cual, reitero lo que dije desde un
principio, la radio es nuestra mejor amiga y como tal, debe ayudarnos a hacer
de nuestro sector uno cada día mejor.
Ámbar,
ResponderEliminarDébil por no precisar en detalles de contexto. Es neceario que propongas, aunque antes debes hacer planteamientos recurrentes.
Tus materiales de asistencia son adecuados, pero no los vinculas, acaso porque no defines bien tu itinerario.